viernes, 20 de junio de 2008

LÁSTIMA QUE TENEMOS MALA MEMORIA.

Creo que necesitamos mirar con un poquito de memoria lo que está sucediendo en este “yametieneharto” conflicto “terriblemente grave” (según los muchachos con intereses poco claros) entre el CAMPO-GOBIERNO.

Por un lado me tienen podrido los mails y sms que andan circulando con pronósticos de que se viene el Apocalipsis o tomándole el pelo a la figura de la Presidenta de todos (¿como hacían con Ilía se acuerdan?). Por otro no entiendo cómo la gente no se da cuenta de que los mandan los mismos que a fines de 2001 y principios del 2002 decían que el dólar iba a llegar a $9 y un montón de estupideces más, con tal de asustar estúpidos.

Si mi fuente no es errónea, en nuestro país el conflicto con la "pobre gente patriota del campo" no es una novedad y es una copia casi exacta de los hechos sucedidos en la década del 70. Los que provocaron el "ahoraportodos" CONDENADO GOLPE DEL ’76. ¿Qué raro no? Nos acordamos de los efectos del Golpe y de los muertos y todo eso, pero no nos acordamos de qué lo produjo. La explicación es simple, no nos queremos acordar, porque fuimos parte del golpe, siguiéndole el juego a los medios de comunicación comprados y a los héroes del campo como ahora.
A ver si podemos recordar algo: Las Cuartas Jornadas Latinoamericanas de Tributación de 1964, patrocinadas por la OEA, el DIB y la CEPAL tomaron con gran entusiasmo un trabajo del Prof. Dino Jarach sobre “la eventual aplicación del principio de imposición a la renta normal de la tierra”
En ellas se llegó a la conclusión que ése era el instrumento estratégico adecuado para movilizar los demasiado improductivos latifundios, de los poseedores de más de la mitad de las áreas cultivables.
Estas ideas se pusieron en marcha en la reforma impositiva sancionada por el Congreso de la Nación el 30 de diciembre de 1973 (¡claro!, Montoneros seguro, pss ¿no te dije?)

La Sociedad Rural Argentina (SRA) y Confederaciones Rurales Argentinas (CRA) se manifestaron de inmediato en franca oposición al proyecto. Entre los que apoyaban a los pobres campesinos estaban Juan Alemann (Secretario de Hacienda del Proceso) y José Alfredo Martínez de Hoz (Ministro de Economía de la dictadura).

Lograron atraer a la Federación Agraria Argentina y a Coninagro para constituir una comisión coordinadora que, en marzo de ese mismo año, resolvió como prueba de rechazo a la política oficial una interrupción en la provisión de carne de 12 días, seguida por otra de 10. Para rematarla entre fines de octubre y principios de noviembre, se mandaron una suspensión total en la comercialización de los productos del campo.

Este conjunto de acciones provocó, obviamente, un marcado desabastecimiento y una imparable suba de los precios que contribuyó a la desestabilización del país.

Todo eso estovu a cargo de una flamante organización que se creó al efecto en agosto de ese año y que componían, además de la SRA y CRA, las cámaras argentinas de Comercio y de la Construcción. No por casualidad, también dirigida por Martínez de Hoz.

En enero de 1976, dieron un paso más y resolvieron decretar un “estado de movilización” permanente, que tuvo su golpe final el 16 de febrero con la realización de un paro general, que logró la adhesión de otros sectores empresarios.

Era todo para llevarnos a dar el último paso al vacío. Es obvio que esa serie ininterrumpida de protestas y lock outs contribuyeron a crear las condiciones de inquietud general y suba de precios que fueron caldo de cultivo para el logro del ya mencionado golpe de Estado.

Obviamente, en la actualidad, los “Sra. Presidenta, Ud. No sabe nada de nada”, los “Váyase” (a menos de un año de que ganara por paliza). Y el derecho que se otorgan estos señores de desabastecer al país, ¿no tiene nada de parecido con aquello, no?
¿Esta vez no suena a conspiración, no?

Tampoco nos podemos olvidar que el 6 de febrero de 1989, el gobierno de Raúl Alfonsín, que estaba sus últimos meses de gestión, sufrió “un golpe” por parte de la “patria financiera”. Los bancos extranjeros, en un solo día, retiraron el equivalente a la quinta parte de todas de las reservas monetarias entonces existentes, produciendo una sensación de pánico y aumentando por ende la inflación.

Se tuvo que traspasar el poder antes ¿a quien? ¿ya no se acuerdan? A Carlitos, que no sólo llevó el desempleo al 45%, y batió el récrod mundial de fábricas cerradas, sino que hizo algo que ni los milicos fueron capaces de hacer, REGALÓ EL PAÍS con las privatizaciones (coimas de por medio por supuesto).

Bueno de esto último sí se deben acordar: La década de 1990 fue de un gran auge en la extensión de la soja y no sólo que no se detuvo por la terrible recesión que abarcó desde julio de 1998 hasta fines de 2002 sino que contribuyó a una mayor concentración de la propiedad rural por que los “pequeños productores en serio” tuvieron que convertirse en arrendatarios ya que les remataron las tierras y aumentaron los famosos los “pools de siembra”.

Bueno, qué se le va a hacer… Los argento's somos así...

- Meli ¿cómo es que se llama el alemán ese que me acompaña a todas partes? -
- Alzheimer papi, alzheimer...

Fuente: “La Voz del Interior”, Córdoba – Salvador Treber (Profesor de posgrado. Facultad de Ciencias Económicas. Universidad Nacional de Córdoba). 08 de junio de 2008

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